Hace unas semanas regresé a trabajar, después de cuatro meses de licencia por maternidad + vacaciones y para ser totalmente sincera, ha sido un poco abrumador. Añádele que la nana me entró a trabajar dos días antes de que yo regresara al trabajo.

Mis primeros tres días lloraba prácticamente toda la distancia de casa de mi suegra a mi trabajo (aproximadamente 20 minutos), y me repetía varias veces «todo estará bien, todo estará bien» pero llegaba a la oficina y ya me había montado como 3 películas de terror y las ganas para regresar por ella no me faltaban. Suena medio, para no decir bastante dramático, pero que les puedo decir, soy un poquito exagerada (creo que en eso me parezco a mi suegra, y tanto que se lo critico a la pobre.)

La rutina se ha puesto un poco mas complicada de lo habitual, ya que ahora me tengo que parar mas temprano para arreglarlo todo (meriendas, maletas, desayuno, etc.) para así poder salir de mi casa a las 7:00 a.m. y poder pasar dejando a la peque con su nana en casa de mi suegra y yo pueda llegar, por lo menos, 10 minutos mas temprano a mi oficina. En mi cabeza sonaba mas fácil de lo que en realidad era, y ahora me pregunto ¿como hacen las otras mamas que tienen que hacer esto también?

Tengo que admitir que mas ha sido mi susto por esta persona extraña, ajena a mi vida por completo, cuidando a mi nena que otra cosa. La joven ha resultado ser, por ahora, un pan de Dios. Pareciera que le importa mi beba y esta súper pendiente de ella, me cumple con los horarios y demás, ¿qué mas puedo pedir.? El único inconveniente es que no limpia la casa tan bien como quisiera, pero no se puede ser perfecto, ¿o si?

Aunque la joven ha sido súper buena, confieso que me da algo de tristeza no estar con mi hija todo el tiempo como al comienzo, ya que no me quiero perder nada y sé que lo haré y eso me cuesta aceptarlo. El solo pensar que no estaré para cuando vaya cumpliendo sus «milestones» me causa un gran dolor pero como me dice una de mis jefas «Va a pasar y tienes que aceptarlo, a menos que quieras estar pegada a ella 24/7 y aun así te puedes perder cosas.»

La veo con la nana y aveces me da hasta rabia y algo de envidia pensar que ella verá todas esas cositas y yo no, pero hay que pagar las cuentas y solo me queda disfrutar mis tardes con ella (las mañanas son de mi esposo) y los fines de semana entre mandados y misa.

No le «chateo» a la nana durante la semana, no porque no me interese o, como decía al comienzo, porque no quiero que piense que no confió en ella, sino porque me da miedo que me diga que pasó algo (se sentó, se volteo, etc.) y me den ganas de llorar en la oficina lo cual en mi opinión es cero profesionalismo.

Asique por ahora, estoy aprendiendo a nivelar mi trabajo, mi esposo, mi hija, nuestras familias y aunque me esté costando un mundo,  siento que estoy bien encaminada.

Saludos,

Una mama en apuros

Anuncio publicitario