Mi hija tiene un caracter bastante fuerte: es terca como una mula y a su corta edad ella sabe lo que quiere, como lo quiere y quien se lo puede dar. Hace unos días estábamos en la casa jugando y, de la nada, ella se paró, tiró su juguete y me agarró la mano para caminar, pero como yo estaba sentada, la solté para poder pararme y ella empezó a gritar furiosa. En ese momento trate de calmarla caminando con ella, cargándola, dandole agua pero nada me funcionó, y al final decidí dejarla llorar pensando que maybe ella necesitaba desahogarse, pero despues de media hora de gritos y una migraña bastante fuerte, perdí la paciencia y le grité.
La cara de dolor de mi hija no la puedo ni describir, obvio siguió gritando pero esta vez había lagrimas en sus bellos ojos grises. En ese momento me di cuenta que no le tengo pero es que ni un poquito de paciencia y eso me rompe el corazón en mil pedazos. Para terminar el cuento, ella siguió llorando un rato más y luego la tuve que bañar para que se calmara.
Yo sé que yo tampoco soy fácil, y tengo un carácter bastante difícil y lastimosamente ella se parece mucho a mi en ese aspecto. Mi esposo dice que ella es mi «copy-paste», no solo fisicamente sino que en la personalidad también. Creo que por eso me cuesta mucho tenerle paciencia, creo que ni yo me aguanto cuando estoy de mal genio y encima de todo aún no logro controlar mi mal carácter. También creo que todavía no me logro acostumbrar a mi nuevo “trabajo” como full-time mom, antes era más fácil porque estaba la nana y cuando ya estaba al borde con Ana, sencillamente salía a dar una vuelta sola y listo.
Esta es la primera vez que toco el tema tan abiertamente con «alguien» que no es mi esposo más que nada por miedo al que dirán pero, la realidad es que sé que no soy la única mamá que ha perdido la paciencia con su hijo/a y ha terminado gritando de la desesperación, también sé que tengo que aprender a controlarme y ayudar o enseñar a Ana a controlar el suyo poco a poco.
Todo esta situación me hizo darme cuenta, que no soy perfecta y que estoy lejos de serlo. Soy mamá primeriza y tengo muchísimo que aprender y aunque fuese mi tercer hijo, la realidad es que cada hijo es un mundo y no se puede tratar a uno como se trata al otro.
Un buen consejo que puedo dar es contar hasta que te logres calmar, a mi me ha funcionado muchas veces y aunque hay veces que llego al 1,000, pienso que es mejor que perder el control.
Al final del día, poquito a poquito uno va conociendo a sus hijos, y se va dando cuenta que método funciona para qué y, pienso yo, la vida se va haciendo más fácil. ¿Tú que piensas? ¿Tienes algún otro tip para no perder la paciencia?
Slds,
Una Mamá en Apuros